
Lo iba buscando, lo tenía señalado en mapa, y aunque ya había ido divisando los carteles de la I70 (autopista que cruza casi en su totalidad EEUU desde Cove Fort, Utah, hasta Baltimore, Maryland) que me avisaban de la no existencia de estaciones de servicio en decenas de millas a la redonda, no pude imaginar la magnitud, la soledad y el silencio que confluyen es ese desierto hasta que me asomé al mirador del Dead HoDolrse Point State Park. Un laberinto de Cañones labrados sobre la meseta desértica del Estado de Utah se extendían ante mí en el punto en el que el Río Colorado y el Green River confluyen y se pierden en el horizonte adentrándose en el Canyonlands National Park

Sipopsis de ‘127 horas’
127 horas es un dramón de película protagonizada por James Franco, dirigida por Danny Boyle, escrita por Boyle y Simon Beaufoy y producida por Christian Colson en la historia real de Aron Ralston, el montañero estadounidense que se amputó el brazo para liberarse después de quedar atrapado bajo una roca en Robbers Roost, Utah durante más de 5 días en abril-mayo del 2003.
Lo primero que me vino a la cabeza cuando Aron Ralston queda atrapado en una de las infinitas grietas y cañones que hay en ese interminable desierto de Utah fue: no le va a rescatar nadie. En el momento que pasas la caseta del guarda del Parque se acaba la civilización, por lo que entendí que le esperaban 127 horas de soledad y desesperación

En abril de 2003, Aron Ralston sale hacia el Canyonlands National Park para pasar un día de barranquismo, dónde tras conocer a dos chicas de Green River y pasar un rato con ellas continúa su marcha por el Blue John Canyon. En un momento dado, Aron es arrastrado hacia el fondo del cañón al desprenderse una roca en suspensión con la mala fortuna de dejarle atrapado su brazo derecho entre la roca y la pared del estrecho cañón.
Cuando Aron se da cuenta de la situación y acepta que nadie va a acudir a rescatarle, comienza a grabar con su cámara todos los angustiosos momentos por los que pasa tratando de liberarse para salir de allí.

Sin terminar de reventar el argumento de la película, ya he contado bastante, y habiendo estado en el Estado de Utah, en el que por las noches las temperaturas bajan considerablemente y por el día hace un calor de miedo, en dónde no hay un alma en kilómetros a la redonda y las distancias son descomunales decir que Danny Boyle, consigue transmitir esas sensaciones y muchas más en una hora de flashbacks intercalados de forma muy dinámica con los momentos de angustia y sufrimiento de Aron intentando liberarse. Su pasado desde la misma infancia y sus pensamientos se hacen tan reales como el dolor que siente allí abajo solo con cada vez menos oportunidades de sobrevivir.
Tráiler de la película
Conclusión
Para despedirme una última cosa, la película tiene una moraleja y una par de mensajes finales muy claros, uno es que por muy preparados que creamos estar, la naturaleza siempre tiene las de ganar y dos, siempre que salgamos a la aventura solos, conviene comunicar a dónde vamos y el plan de la ruta así como la hora estimada de vuelta, eso puede ayudarnos mucho. Película muy recomendable.
Y desde luego, si algún día, por casualidad o porque lo buscáis, acabáis en Utah, no dejéis de visitar Canyonlands National Park, Arches National Park y Dead Horse Point State Park entre otros sitios increíbles que esconde este Estado.