Análisis de “Personal Shopper” (2016)

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Personal Shopper
Personal Shopper es una película dirigida por Olivier Assayas con Kristen Stewart.

La película es ambigua. De eso no cabe dudas. Durante el comienzo podemos perder la paciencia sino fuera por la excelente actuación de ella,  que nos brinda inquietud y hastío de una forma que nos permite sostener escenas que parecieran no decir mucho.

La premisa es o parece ser, la historia de una joven mujer que acaba de perder a su hermano mellizo de un infarto, que padecía, al igual que ella, de una anomalía en el corazón. La película a mi parecer malgasta muchas escenas en lo cotidiano de su trabajo de asistente de compras de una celebridad (personal Shopper) pero necesarias para demostrar su pálido existir y sus anhelos que no puede reconocer. Algo así como una crisis existencial. Sin embargo lo que mantiene “viva” (en el sentido de motivaciones) es poder concretar el pacto con su hermano, antes de éste fallecer, que tendrían tres meses para conectarse del “más allá” cuando uno de los dos muriera primero.

La realidad es que ella no logra hacer contacto, aunque se considera medium, pero sin embargo se encuentra ante un fantasma aterrado en la casa de unos compradores que intentan ” limpiarla” para poder adquirir.

Hasta aquí la película gira en torno a lo psicológico, espiritual… cuando da un giro inesperado y comienza a recibir mensajes en su celular de un desconocido que la incita a preguntarse quien es ella realmente y qué quiere. La intriga un poco extensa, puede hacernos pecar de ansiosos, incluso cuando ella decide ir al hotel al que este desconocido la cita y luego no aparece, enviándole un mensaje que guarde la llave que regresará pronto.

El Director nos juega, intencionalmente, con los pasajes de un género a otro pero sin avisarnos. No es que este mal o bien, a mi gusto quizás nos estaría preparando escenario para lo que verdaderamente vale la pena de la película, que es el final.

Antes de abordar sobre este, quiero destacar algunas similitudes, en buena hora, con la gloriosa y poética película “Historias de fantasmas” , ya que las escenas aturden de silencio y favorecen al espectador a acumular detalles visuales para su desenlace. Detalles sobre la “dualidad”. Todo el tiempo estamos viendo lo dual: los gemelos, los dibujos abstractos con los que se obsesiona, las escaleras, los espejos….

Previo a éste, un nuevo giro de guión nos presenta que Maureen llega al departamento de su jefa y la encuentra brutalmente asesinada. A pesar de esta trágica situación y el shock, el desconocido vuelve a citarla en el hotel y ella decide, sin vacilaciones, ir vestida con la ropa de Kyra, -la celebridad para la que ella trabajaba- y esperar que se haga presente el acosador de los mensajes y posible asesino de Kyra.

Y aquí todo se vuelve ambiguo y desconcertante. Vemos dos escenas.
La primera es la puerta del ascensor abrirse en planta baja, y las puertas con sensor de la salida del hotel también abrirse y cerrarse como si alguien invisible hubiera atravesado ambas. Luego el amante de Kira, la celebridad, bajando por el mismo ascensor y siendo detenido por la policía, lo que nos explica quien era el asesino de Kira y el acosador de Maureen.

Pero…. ¡SPOILER!

Sobre el final, ya en los últimos quince minutos, nos encontramos con Maureen en la casa de su hermano fallecido, conversando con el nuevo novio de su cuñada, y en un momento en que ella se queda sola, vemos, excelente bien logrado, aparecerse detrás de una ventana a espaldas de ellas, a Lewis, su hermano, y un vaso que levita hasta caer al suelo. Lo que nos deja claramente la idea de que nunca estuvimos viendo lo que ella podría estar imaginando, sino una certeza de que la película quiere dejar un mensaje claro de creencia acerca de que los espíritus rondan entre los vivos.

Pero…. cuando está escena se cierra, con un lente de cámara que borra en círculo hacia adentro lo que vimos, la vemos a Maureen viajar hasta donde la espera su novio, un lugar montañoso y con pequeñas habitaciones rocosas de ésas que te llevan a encontrar la paz y el aislamiento necesario para descubrirte… sucede que Maureen logra escuchar ruidos y ver un vaso levitar (igual que vio el espectador en la casa de su cuñado y que nos mostró la figura del hermano) y ella finalmente le hace dos preguntas dándose cuenta intuitivamente que no es Lewis quién está en esa habitación.
La primera es ¿Quieres hacerme daño? Y escucha un solo golpe, que significa sí, y la segunda ¿Soy yo misma? Y vuelve a sonar un solo golpe.

Aquí lo espléndido del relato. La originalidad del planteo sobre temas que han Sido explotados en cine de muchas maneras. ¿Será que Maureen fue quién bajó del ascensor aquella tarde en el edificio, cuando fue asesinada? ¿Será que su yo muerta del futuro puede conectarse con su yo viva del presente?

Tal vez el Director nos presenta una gran pregunta a la que debemos respondemos internamente. Quizás no tengamos un alma, sino dos, una de luz y otra de sombras. Ambas pueden conectarse estemos vivos o muertos.

Excelente película que pone de manifiesto la tensión entre dos (?) mundos. Me inclino entonces por creer que Maureen fue asesinada en el hotel, que fue su espíritu quién salió por las puertas del hotel. Que lo que vemos luego como espiando a través de un agujero, (la escena en la casa de su hermano) es un recuerdo de algo anterior, y que el lugar al que ella viaja (a encontrarse con su “novio) ese lugar idílico, no es más ni menos que el famoso umbral o túnel (¿Quién nos dice que debe ser oscuro y solitario?) Y allí mismo se encuentran haciendo contacto “su alma de luz y su alma de sombras”

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